atrasada despedida.
evidentemente, el invierno se ha ido. y aunque no lo hará
de forma oficial, hasta el próximo jueves 20,
al filo de la medianoche, me atrevo a decir que desde hace
semanas ya, tenía sus maletas más que empacadas para
irse de mi vida.
permitiendo, incluso, un adelanto de los climas venideros,
como si de cierta forma, quisiera que lo dejara de extrañar
con anticipación.
como si quisiera perder el protagonismo que,
innegablemente, tiene en mi vida.
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sin más, digo adiós a la sobreposición de prendas.
adiós a los abrigos [ uso el término en plural deliveradamente ]
aunque en realidad sólo posea uno.
éste fué el año en que decidí volver a invertir
en un abrigo. elegí un clásico peacoat de lana negra con
grandes botones y corte de sutil inspiración naval.
había comprado uno anteriormente, hace un par de años.
pero me atrevería a decir que era muy joven para
tener uno, y así como llegó, se fué.
la historia del porqué es demasiado trágica como
para conmemorarla.
adiós a mis biker boots corrugadas que me dieron noches
enteras de fabulousness y si, un definitivo au revoir a los moños.
[ aunque ese memo no les ha llegado a muchos ].
dejo como homenaje póstumo al invierno, estas imagenes capturadas
en mi último viaje a madrid, en febrero de este año. vaya invierno.
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